Estudié en un colegio de Timbío, Cauca, en Colombia. Mi experiencia con la educación sexual integral fue así. Nuestras clases eran con una profesional de psicología que nos decía que tener una orientación sexual diversa estaba mal y que nos podían llevar a Bienestar Familiar. Cuando salí del closet ella me aconsejó "dejar ese tipo de cosas" porque si no, los padres de mi novio de ese momento podrían demandarme. Nunca nos enseñó la variedad de métodos anticonceptivos y de barrera que existen. La verdad, me alegré mucho cuando la cambiaron.
Afortunadamente, la nueva psicóloga que llegó nos enseñó sobre todos los temas, incluyendo "las primeras veces" y los cambios corporales por los que estábamos pasando.
También me acompañó a mí y a mi familia en la aceptación de mi orientación sexual, aunque no era como tal su responsabilidad.
-Fernando
En el Instituto La Paz en Querétaro, México, nos contaron la historia de una mujer “santa” que había sacrificado su vida y se había envuelto en vendas a fin de no tener relaciones sexuales. Así empezaba la charla de las monjas que nos enseñaban esa clase específica de biología. Nos decían que ella había preferido ser pura y morir como una mártir antes que tener relaciones, nos hablaban de ser impuras y luego nos separaban de los niños para hablarnos lo más básico y mínimo de la menstruación y el aparato reproductor femenino.
-Mus
Aprendí primero que de la sexualidad no se podía hablar, antes que aprender las vocales.
Estaba en preescolar, tenía apenas 4 años cuando la maestra nos dio a todos esa hojita que recuerdo tanto: eran personajes desnudos a los que, de tarea, se les tenía que poner ropa con materiales reciclables (pedazos de tela, hojas de revistas, etiquetas, etc.)
Nunca había visto a alguien más desnudo aparte de mí y mi mamá, pero a pesar de eso no sentí incomodidad ante la imagen, sin embargo, lo primero que quise hacer fue tapar sus genitales pensando en que esas partes se cubrían con ropa interior, así que tomé una pluma e hice unos círculos imperfectos encima de los genitales de cada personaje, yo no sabía el nombre de esas partes ni tenía ningún juicio al respecto, solo sabía que ahí iba la ropa interior y por eso los cubrí.
Cuando llegó mi mamá del trabajo y era momento de hacer las tareas, ella leyó las instrucciones y después al ver que la hoja ya estaba “rayada” por mí, su rostro cambió por completo, estaba muy enojada, y claro que yo creí que tal vez el enojo era para/con la maestra, pero no, ella estaba enojada conmigo y yo no tenía ni la menor idea de por qué.
Fue un momento muy desagradable para mí ya que comenzó a gritarme y a preguntarme de diversas formas ¿Por qué había rayado los genitales? ¿Por qué me habían causado tanta fijación? ¿Había visto los genitales de alguien más antes? Entre gritos, preguntas acusatorias y frases como ¡Lo que hiciste estuvo mal! Yo comencé a llorar y a arrepentirme de esa acción tan simple para una niña de 4 años.
Después de eso mi mamá le contó a mi tía para saber si ella creía que algo estaba mal en mí, si tendría que buscar ayuda o algo que le diera respuesta a ¿por qué cubrí los genitales del dibujo?, ella nunca me preguntó de manera tranquila y directa a mí, no pude hablar al respecto. Hicimos la tarea, recuerdo que tenía los ojos hinchados y mucha tristeza.
Desde ese día jamás tuve una plática con mi mamá sobre genitales, menstruación, relaciones u orientación sexual, simplemente el tema de la sexualidad fue archivado completamente, lo que me orilló a resolver mis dudas en la adolescencia de manera autónoma, y ahora que han pasado 22 años después de aquella situación me doy cuenta de toda la información tan errada que fui obteniendo y que ahora voy desaprendiendo.
-Evelyn
Cuando estaba por entrar a la pubertad, mi mamá platicó conmigo sobre los cambios que tendría mi cuerpo y lo relacionado con la menstruación, recuerdo que tenía muy presente la idea de “ya puedo embarazarme” “debo cuidarme”, pero lo cierto era que, no sabía cómo hacerlo.
Fue en la secundaria donde tuvimos la única plática sobre Educación Sexual, donde nos separaron de los varones para hablarnos de menstruación y nos juntaron para hablar sobre: métodos anticonceptivos, las mal llamadas “ETS” (usando imágenes de las infecciones muy avanzadas), prevención de embarazos (mostrando vídeos de una cesárea y un parto normal) y es lo que logro recordar.
Sé perfectamente que después de esa charla me quedé con más miedos y dudas de los que tenía al inicio y con la idea de que jamás quería tener relaciones sexuales, pues sonaba a un mundo lleno de complicaciones y riesgos que no sabía cómo disminuir o enfrentar.
Me tocó investigar por mi cuenta las dudas que tenía, en internet, con personas de confianza, preguntando a mis amigas, hasta que, en la universidad, en la facultad de psicología, tuve una materia sobre sexualidad y aprendí muchas cosas que jamás me habían explicado, con información certera y sin tabúes.
-Mel
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