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Los anticonceptivos y la cuarentena

Actualizado: 7 ago

Niña sorprendida con varios anticonceptivos a su alrrededor

Tomar la decisión de usar un método anticonceptivo no es fácil. Cuando comencé mi vida sexual no conocía los diferentes métodos de planificación que existían. Sólo sabía, porque había escuchado de amigas, que había una pastica llamada píldora anticonceptiva y que existía algo llamado la pila. Sin embargo, me aventuré al mundo de la planificación, ya que, como muchas de ustedes, sabía que no quería quedar embarazada y que usar condón no era 100% efectivo para evitarlo.


Pensé que con el paso de los años tomar la decisión sobre qué método usar, por cuánto tiempo usarlo y en qué situaciones dejar de hacerlo serían preguntas sencillas de responder. No es un secreto que con más de 8 años planificando ya he leído más libros, he ido muchas veces al ginecólogo y he tenido la posibilidad de consultar en muchas fuentes.

Pero la realidad es que, para mí, y para muchas personas, el uso de un método o el cambio de uno por otro sigue siendo una cuestión que genera muchas preguntas. Preguntas que considero que es importante hacerse.

Estas preguntas sobre la planificación aumentaron ahora que estamos en cuarentena. Mientras se acercaba la fecha en la que debo aplicarme la inyección anticonceptiva mensual comencé a pensar: ¿Y si no la aplico?- ¿ Qué le pasaría a mi cuerpo si no la aplico?- Estando encerrada en mi casa no corro riesgo de embarazarme- Podría dejar que mi cuerpo “descanse” de las hormonas y de los chuzones- Podría ahorrarme el dinero que me cuesta la inyección.


Aquí es importante aclarar que durante muchos años mi EPS me dio de manera gratuita la inyección anticonceptiva, pero desde noviembre del año pasado he tenido complicaciones al respecto, ya que los laboratorios descontinuaron la producción de ese medicamento y por esa razón se agotó en la EPS.


Volviendo a todas esas preguntas que asaltaban mi mente, me tomé varios días para reflexionar sobre ellas. Puede que suene exagerado darle tantas vueltas a este asunto, sin embargo, es importante hacerlo ya que estas decisiones no se deben tomar a la ligera, pero también porque la idea de planificar viene amarrada a la idea de planear, de tomar decisiones conscientes sobre los cambios que esto puede generarle a tu cuerpo y a tu vida.


Razones por las cuales me puse a investigar. Le escribí a una amiga para preguntarle qué opinaba y me recomendó leer el capítulo sobre anticonceptivos de “El libro de la vagina”. Adicional a esto, busqué otras fuentes que me ayudaran a resolver mis interrogantes y al mismo tiempo a tomar la mejor decisión posible.


Después de mucho leer y pensar, decidí que continuaría planificando. Aquí quiero contarte por qué tomé esa decisión, tal vez mis argumentos te sirvan como consejo si tú también has tenido dudas sobre tu método en este tiempo de aislamiento.


Era obvio que mientras estuviera en aislamiento o cuarentena no corría el riesgo de quedar embarazada, ya que no vivo con una pareja y comparto mi casa con mi mamá y mi hermana. Sin embargo, a pesar de considerar que dejar de inyectarme sería algo bueno, porque no me chuzarían más la nalga (cosa que no me incomoda, pero que tampoco me hace feliz) y además me ahorraría lo que cuesta la inyección, caí en cuenta que esas eran las razones con menos peso.


Por eso comencé a preguntarme por los efectos físicos y emocionales de dejar la inyección, un método hormonal al que mi cuerpo ya estaba acostumbrado. Debo aclarar que llevo usando la inyección hace más de 6 años y me ha encantado. Frente a esto me di cuenta de que los efectos serían muchos: mi cuerpo dejaría de recibir la carga hormonal de cada mes, era probable que mi periodo regular se volviera irregular o incluso desapareciera por un tiempo, era probable que me salieran granitos, que aumentara la ansiedad, e incluso que me pusiera irritable durante las semanas premenstruales.

Sumado a esto, también entendí que esta idea de dejar “descansar” al cuerpo de las hormonas no aplicaba para mí, ya que este método me había traído muchos efectos positivos y mi cuerpo ya se había acostumbrado a él de la mejor manera.

Por estas razones fue entonces que decidí, a pesar de estar en cuarentena y no tener relaciones sexuales que me hicieran correr el riesgo de quedar embarazada, continuar con mi plan, utilizando la inyección hormonal. Esta decisión también me ha permitido estar tranquila, porque si el aislamiento se acabara mañana podría tener relaciones sin problema, eso sí, con una pareja responsable que también se cuide con el condón.


María Camila

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