En Colombia, aun en algunas zonas rurales se practica un ejercicio ancestral o tradicional llamado: partería. Pero ¿de qué se trata? En esta práctica, las personas están capacitadas para brindar un acompañamiento antes, durante y después del parto. A su alrededor se construye un mundo de saber popular, tradición y sabiduría con las plantas medicinales.
“El arte de partear” se ha transmitido de una generación a otra durante años, se va enriqueciendo con la práctica y con la experiencia misma.
Para quienes realizan dicho oficio, saber partear no es una cuestión de sólo método. Ayudar a dar a luz conlleva una gran responsabilidad, compromiso y preparación. “No es para cualquiera” dice Don Amaro, un viejo colosal, mestizo, con algunas canas y de un gran humor. Tiene 60 años, ya lleva más de la mitad de su vida en esta labor.
Él actualmente vive en una vereda perteneciente al municipio de El Tambo, Cauca. ¿Cómo fueron sus inicios? Cuenta que cuando tenía 25 años, su hermana se encontraba en estado de embarazo, lastimosamente no encontraron una persona que la asistiera en el proceso, el parto se complicó y su hermana murió. Hoy, 30 años después, aun piensa en ella, viene a su mente la idea de que si hubiese tenido su conocimiento actual las cosas hubieran sido diferentes.
“Si yo hubiera entendido este proceso la habría atendido a ella”, dice con un tono de voz triste.
Este episodio en su vida personal le hizo pensar que, en un lugar tan alejado de la zona urbana, muchas mujeres murieron por falta de atención “por ejemplo, la mamá de Alfonso, un vecino, murió a los 8 días de nacido, su placenta se quedó en el organismo y no había alguien que supiera cómo sacarla”. Fue así como el ejercicio de la partería se hizo necesario; había muchos factores que imposibilitaban la llegada a un centro hospitalario y además el acceso a un servicio médico.
Lo sucedido despertó la curiosidad y el interés en Don Amaro por aprender el oficio, así que decide prepararse con comunidades cercanas a su vereda en un principio, posteriormente capacitarse en clínicas de salud y protección, hasta obtener una política de atención integral en salud.
En una labor que la mayoría de las veces se considera exclusiva de mujeres, Don Amaro se ha abierto paso, con el tiempo ha ido mejorando las técnicas tradicionales que implementa al momento de brindar apoyo a las gestantes.
Cada una de las personas que se dedican a la partería emplea métodos diversos cuando de asistir a una parturienta se trata,
¿Cómo lo hace Don Amaro?
En su vereda, como en muchos otros lugares remotos del territorio colombiano, utilizan los recursos que brinda la misma tierra, en la región toda su medicina circula alrededor del mismo territorio.
Por ejemplo, las infusiones que se administran durante el parto cumplen una función importante. La ruda, la raíz de algodón, verdolaga, anís, canela, paico, la cebolla, entre otras, permiten que el proceso sea más rápido de lo habitual y por ende la mujer no sufra tanto en el proceso de dilatación. Cabe aclarar que se debe hacer bajo un conocimiento previo sobre plantas medicinales y su efecto en el organismo, de lo contrario podría afectar la salud de la madre y el feto.
Los años y la oportunidad de asistir aproximadamente 500 partos, ha hecho que Don Amaro sea más que un partero ancestral, es la única persona que realiza este oficio en la región.
Detrás de esta labor hay mucho compromiso y responsabilidad, por ende, no hay muchas personas interesadas en aprender a partear. Desde que empezó, lo ha hecho sin intenciones de lucrarse, por el contrario, su propósito siempre ha sido el de apoyar a su comunidad y de que su conocimiento permita que las mujeres tengan un parto seguro.
Con el tiempo se ha ganado el cariño de la mayoría de las personas y convertido en una especie de gurú, la experiencia hace al maestro dicen por ahí.
― Lucely Perafán
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