"El cuerpo de una mujer exige ser aceptado en sus propios términos".
Empiezo citando esta poderosa frase de Gloria Steinem, ya que muchas veces buscamos afuera la aprobación de nuestro cuerpo, cuando quien necesita “aprobar” o aceptar nuestros cuerpos, somos nosotras mismas. Sé que cómo yo, muchas mujeres se han sentido alguna vez fuera de casilla, deseando tener alguna parte del cuerpo que otra tiene, creyendo que el que se tiene no es suficiente ¿Por qué nos fragmentamos y desvalorizamos sin necesidad?
Diré también que hubo un tiempo donde hacía en mi cuerpo lo que ciertas personas que me rodeaban les parecía que estaba bien y tantas veces escuché un “tu cuerpo no es suficiente”, "es que tú no tienes los atributos que yo tengo"... Entonces te encierras en un cajón de inseguridad, de temor, como si de alguna u otra manera tu presentación siempre debía ser aceptada por el afuera pasando por encima de mi interior, son esas falsas ideas de perfección y de estereotipos que nos meten en la cabeza y terminan manipulándonos, son esos prejuicios que no solo están aquí, sino en todos lados. Yo viví un largo tiempo con ellos y mi cabeza se hizo la idea de que mi cuerpo y mi manera de vestir no estaban bien. ¿Acaso hay algo que esté bien?
Comprendí que no es sólo mi inseguridad, sino que hay muchas otras chicas con este tipo de inseguridades que se presentan en diferentes aspectos, es algo muy común en las mujeres de diferentes tipos de edad y existen casos más delicados cuando se es maltratada psicológicamente, pero ahora sé que aceptar y amar lo que eres está bien, decirte que sí a ti misma está más que bien.
Es un proceso largo el desprenderse de inseguridades, a veces nos acomodamos tanto a ellas que ni siquiera hacemos el intento de eliminarlas, en mi caso, estoy soltando poco a poco esos prejuicios, mientras tomo cada vez más seguridad y confianza hacia mi cuerpo; hacia lo que soy.
Uno de los grandes factores que alimentó mi seguridad fue el inicio de mi proceso en las artes plásticas, el relacionarme con personas de pensamientos distintos, pero con duelos en común, también la relación que creamos con los modelos desnudos con los cuales realizamos prácticas técnicas y de observación que terminan siendo un momento de admiración, además el constante autoconocimiento que te hace valorar cada detalle que te compone. En mi caso es dibujando, pintando y observando como encuentro un espectáculo en el cuerpo, mientras poco a poco voy tomando un valor enorme del mío.
El cuerpo es tan maravilloso en cada recoveco, en cada una de sus cicatrices, en cada lunar, en cada tono… la perfección si existe y está en cada rincón de nosotras, eliminemos esos números de medidas tontas que nos han inculcado, y pongámonos la prenda que nos haga sentir más cómodas, sintámonos a gusto, cuidemos nuestro cuerpo: no para sorprender a nadie, sino para estar bien con nosotras mismas.
Aunque todavía se tiene el cuerpo desnudo como un tabú, veo en cada desnudo un paisaje extenso de maravillas, no todas las personas verán eso con los mismos ojos, pero no hay que ocultar lo que somos, somos belleza pura en nuestro estado natural porque así es como nos creó la naturaleza.
No hay que alarmarse, hay que admirar y quererse; nuestro cuerpo es la herramienta de máxima expresión, es nuestra identidad, nuestro punto de partida, el carácter que nos diferencia y si aún te sientes insegura por tu cuerpo y estás deseando el de otra mujer, recuerda que no es tu cuerpo quien debe cambiar, sino tu mentalidad, ¡hoy necesitas empezar a construir una armonía con tu cuerpo!
― Dore Perafán
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