Hablar del cuerpo es algo íntimo y pareciera que nadie puede entenderte. Decir mi cuerpo ya lo personaliza e implica, algo de afecto, mucho amor propio, aceptación y reconocimiento.
Es raro, pero muy común que no seamos conscientes del poder de nuestra palabra, incluso como monólogo interno frente al espejo, cuando nos cambiamos de ropa e incluso cuando nos refleja la ventana de un carro o nos enfrentamos a las fotos en las que nos etiquetan, así pues nos descalificados un poco y por eso a veces buscamos tanta aceptación de otros.
Sentirnos deseables es natural porque nacemos como seres sexuados, sensibles dispuestos a despertar nuestros sentidos y por ese mismo libre albedrío sólo depende de cada uno de nosotros decidir aceptarnos y amarnos tal como somos, lo más importante es sentirme cómodo con el ser maravilloso en el que me convierto y transformo a diario.
Mi cuerpo es el lenguaje de lo que siento, observo, anhelo y hasta guardo en mis silencios.
De allí que todo es mi decisión, no puedo permitir que otros decidan por mí, si yo soy tan inteligente para documentarme, reflexionar y concluir lo que más me conviene.
Amarse es todo un reto que no nos enseñan de chiquitos porque sólo nos disponen a amar a otros y eso está bien, pero no es el único modo. Cuando me amo soy feliz y así hago más felices a los que me rodean.
Mi vida es una, mi cuerpo único y las posibilidades de disfrutar todo ello solo mías. Así que cada vez que me vea al espejo recordaré que la relación más íntima, enriquecedora y placentera, debe ser la personal en la que me reconozco; inocente para consultar y aprender más, fuerte para valorarme y empoderada para saber qué merezco, qué deseo y qué siempre será lo mejor, porque nací para ser feliz.
Entonces, hablar sobre mi cuerpo desde mi intimidad me permite hacer público que también he creído que no soy sexy, o que tengo kilos demás y a veces no soy lo que quien amo desea, hasta que recuerdo que por algo se enamoró de mí, que todo depende de cuánto me amo para comer o no saludablemente y ejercitarme por mi propia salud más que por seguir estereotipos impuestos de los que seguro me alejé hace rato porque cada vez que me autoerotizo, me descubro sexy, sensual y placenteramente bella.
No es fácil, pero con el tiempo, ser consciente te hace más fuerte y no somos seres en soledad sino en sociedad para apoyarnos y enriquecernos con los avances de los que leyeron más, entendieron otro poco y me ofrecen su vivencia para hacerme saber que yo también puedo.
Lee tu cuerpo, interpreta qué te comunica y corresponde con afecto a su lenguaje desde lo que eres, deseas y quieres vivir.
― Reina Carmesí
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