Estando en un matrimonio de aproximadamente 14 años con aparente estabilidad, las cosas comenzaron a tambalearse, empezando con problemas económicos que hicieron que la conexión de pareja se viera afectada, teniendo como resultado impotencia sexual en mi esposo, es decir, había problemas para lograr una erección.
Esta situación me hizo sentir fea, poco atractiva y por supuesto celosa, enojada y frustrada al pensar que yo no estaba siendo capaz de "enamorar" o provocar pasión en mi esposo y compañero de vida, inclusive a él le avergonzaba mucho y no quería hablar conmigo al respecto, solo se limitaba a decir “perdóname no eres tú, soy yo”.
Así que con todos los problemas en casa decidimos acercarnos a un doctor, el cual después de escuchar toda la situación nos dio como respuesta que nos “faltaba imaginación”, comentando que se podía experimentar con todo el cuerpo, explorando con nuestros 5 sentidos, pero pensar en eso nos dejó en shock pues nosotros éramos muy católicos y esas prácticas no nos pasaban por la mente.
El doctor no nos pedía nada del otro mundo, simplemente comunicar las cosas que nos gustaban, o desagradaban para lograr estar nuevamente en conexión, comunicar cosas tan simples como “me gusta hacerlo cuando estamos recién bañados” o “estaría bien que nos veamos desde temprano, para tener una cita” cosas por el estilo.
A partir de ahí nos aventuramos a ir por primera vez a una sex shop y empezar a experimentar, retomando la masturbación como una actividad para ambos. Al inicio de todo, mi educación en sexualidad fue un obstáculo en ese nuevo camino que queríamos recorrer, por ejemplo, la idea de que ciertas posiciones eran malas porque no eran para concebir hijos... y que yo no podía tomar el control sobre los movimientos o posiciones, por miedo a lastimarnos, ya que ambos habíamos escuchado muchos comentarios negativos o restrictivos de los adultos a nuestro alrededor.
Con todo y miedo, juntos experimentamos, y poco a poco nuestros problemas en la intimidad fueron desapareciendo, la conexión estaba ahí nuevamente, gracias a la comunicación que fortalecimos, y a que juntos quitamos los tabúes del pasado.
Después del éxito obtenido, educamos a nuestros hijos sin el tabú que carga la masturbación, siempre hablamos de como muchas veces no era necesario que se aferraran a tener novias o una persona para experimentar, más siendo tan jóvenes, cuando se tiene el recurso de la masturbación. Quitarse la idea de que es malo, será muy satisfactorio pues experimentar y conocer nuestro cuerpo nos evita falsas expectativas.
Si desde temprana edad nos conocemos, es más fácil lograr nuestras metas, sexuales, familiares, personales, económicas etc. La masturbación para mi es conocer cómo podemos ser felices por nosotros mismos.
-Pilar Torres
Comments