Antes que nada, quiero decirte que muchas mujeres menstruamos, pero no todas las mujeres menstrúan y no todas las personas que menstrúan son mujeres, si esto te parece confuso te invito a leer un artículo que publicamos hace tiempo, sólo da click aquí, cuando termines de leerlo puedes regresar a este.
Mayo es el mes de la menstruación y nos pareció importantísimo hablar de esto entre nosotras, el equipo Mi Cuerpo/Min Krop, y con otras personas que también menstrúan. En lo personal, vengo desde hace años hablando e investigando sobre este tema, pues me parece que es algo que está tan presente en nuestras vidas, pero al mismo tan ausente.
Menstruamos cada cierto tiempo, ya sea cada mes, cada dos meses o según el funcionamiento del cuerpo; menstruamos por varios días, tres, cinco, ocho, etc. y menstruamos por varios años. En los supermercados encontraremos productos para contener la sangre menstrual y en los medios de comunicación encontramos la oferta de estos productos donde nos presentan la menstruación de una manera muy peculiar.
Pero al mismo tiempo, la siento ausente cuando justamente en esos medios de comunicación me muestran un fluido azul ¡Pero la sangre es roja! Mujeres con cuerpos poco realistas, es decir, muy diferentes al mío o al de mis amigas, bailando y sintiéndose por fin cómodas porque usan ese producto, haciéndonos imaginar que lo peor que nos puede suceder es mancharnos.
Nos hablan del cuidado de la zona V ¿zona v? Está tan ausente cuando las personas tenemos que ocultarla y no hablar de ella; ya sea porque para algunas personas puede ser motivos de burla como “aah te enojaste porque estás en tus días” o motivo de que nos hagan sentir sucias o parecer débiles. Ahora pensemos en aquellas personas a las que las hace sentir inseguras.
Cada persona vive de una manera muy distinta su menstruación, algunas se sienten más conectadas con la naturaleza y su cuerpo, otras simplemente no quieren saber nada de ella porque es muy dolorosa, algunas la han perdido de una manera inesperada y otras simplemente no les gusta porque les recuerda que nacieron en un cuerpo femenino.
Para este artículo, quisimos recopilar historias de varias personas . Les compartimos estas preguntas:
¿Cómo fue tu primera menstruación? ¿Cómo te sentiste? ¿Cómo es tu relación ahora?
Te invito a que, si tú menstruas, te hagas estas preguntas, las compartas con tus amistades o familiares. Dialoguemos sobre la menstruación, y si no menstruas, te invito a que reflexiones sobre lo que te han mostrado de la menstruación y que ojalá también te atrevas a dialogar con la gente a tu alrededor, mientras tanto, te comparto estos relatos.
Mujer, 25 años. Cali, Colombia
Me llegó el período a los 11 años, pero no fue nada traumático porque mi mamá me había explicado cuando tenía 10 años que me iba a llegar y lo que tenía que hacer. Me entregó una bolsa con toallas higiénicas y tampones, pero me dio pavor usar tampón y los empecé a utilizar a los 15 años cuando una amiga me explicó bien cómo ponerlos después de estar súper sorprendida que nunca los había utilizado.
Aunque mi mamá había hablado conmigo del tema, no entró en tantos detalles, creo que le daba pena, entonces no estaba totalmente segura cómo utilizar las toallas higiénicas tampoco. Al inicio iba al baño a cada rato porque tenía mucho miedo de que se me manchara el uniforme. Eso fue lo que más me daba miedo, que me manchara y que todo el mundo se diera cuenta. Me daba mucha ansiedad cada vez que me llegaba y tenía que ir al colegio, y peor si tenía clase de educación física. Lo que me ayudó mucho fue hablarlo con mis amigas. Yo era muy penosa, pero tenía una amiga que hablaba de todo sin pena, entonces con ella aprendí que no era algo que me tenía que preocupar tanto, realmente gasté mucho tiempo pensando si se me notaba.
Ahorita ya no me molesta y ya sé cómo utilizar todos los productos y no me da pena hablar de la menstruación con mis amigas. Ya me manché un par de veces, me tocó pedirles toallas a mis compañeras y no fue el fin del mundo, ya me da igual cuando me llega porque me siento más segura y tengo mejor relación con mi cuerpo.
Isabel, 34 años. Querétaro, México
Recuerdo bien aquel día, “En el qué me convertí en una mujercita”, al menos esas fueron las palabras de mi papá. Tenía 9 años, iba en 5to de primaria, eran unas vacaciones y fuimos en familia a San Joaquín. En medio del campo y de la naturaleza me sorprendió la llegada de la menstruación. Me metí a un baño público estaba obscuro, cuando de pronto mi calzoncito tenía sangre, no recuerdo si me espanté. Tampoco recuerdo haber tenido una plática previa y profunda acerca del tema por parte de mi mamá, lo único que recuerdo de aquél día fue, que mi papá me tomó de la mano, caminamos entre el bosque y dijo: ahora te has convertido en una mujercita. No entendí a que se referiría, no me explicaron nada más.
Los siguientes años fueron una tortura, mi cuerpo aprendió a distinguir esos cambios que cada 28 días sin fallar se hacían presentes.
Era un dolor muy intenso, sentía cómo ardían los huesos de mi espalda, me retorcía del dolor y tan fuerte era que me hacía vomitar, y lo peor era, cuando los dolores llegaban cuando yo estaba en la escuela. No olvidaré aquella vez en que tuvieron que llamar a mi hermano para que fuera por mí al colegio, ya que me dolía bastante el vientre a consecuencia de la menstruación.
Descubrí con el tiempo que una bolsa de agua caliente en el vientre aminoraba el dolor, y se volvió mi aliada por 22 años. Odiaba mi menstruación me hizo sufrir bastante. Una vez escuché decir que después de que das a luz esos dolores disminuyen, y así fue. A mis 28 años di a luz, y sí, los dolores sin duda ya no eran cómo antes, y bueno, mi menstruación y yo nos empezamos a reconciliar. A mis casi 33 años, mi menstruación se despidió de mí. Fue una situación triste, dolorosa, un cáncer cervicouterino nos separó, terminó con nuestra relación imperfecta. No se fue del todo, pues aún siento algunos leves malestares premenstruales cada mes. ¿Qué si la extraño? No. Sufrí bastante con su llegada y también con su partida.
Mujer, 30 años, Copenhague, Dinamarca
El momento de mi primera menstruación fue bastante tranquilo. Recuerdo que había muy poca sangre y fue el hecho de tener que acostumbrarme a las toallas higiénicas que me costó un poco de trabajo. Tenía miedo a que se podía ver la toalla atraves de mi pantalón.
Cuando tuve mi primera menstruación fue un alivio grande. Fui la última chica en mi salón en tenerla y eso ya me tenía bastante preocupada. ¿Vendrá? Me preguntaba. ¿Podré tener hijos? Y muchas más cosas pasaban por mi mente. Después empecé a darme cuenta de las complicaciones prácticas que sentía al respecto, pues me gustaba hacer mucho deporte y a veces me sentía diferente durante mi menstruación. Más débil. Eso fue difícil al comienzo.
Ahora, mi período es algo positivo para mí. Simboliza fertilidad y salud. Con el tiempo, también he aprendido cómo manejarlo. Sé qué días puede haber mucha sangre y cómo manejarlo. Dejo que mi cuerpo descanse más en esos días pues realmente es un proceso increíble y fascinante por el cual el cuerpo atraviesa.
Marc Liam Suasoti, Hombre transgénero, 25 años. Querétaro, México
Yo tena 11 años cuando me llego mi primer período, recuerdo que muchas compañeras ya tenían su período antes de mí y para ellas era lo mejor porque significaba que eran grandes en esa época creo que no entendíamos lo que significaba ser mujer.
Fue el mes más horrible de mi vida porque me sentía todo el tiempo sucio, no me gustaba nada de lo que pasaba en mi cuerpo, no entendía por qué estaba sangrando, me daba vergüenza que con mi mamá me enojaba que le dijera a mis tías, como si fuera algo que cada mujer esperara con ansias, posiblemente hay mujeres que sí lo esperan pero en mi caso al ser un hombre transgénero NO.
Como dicen no todas las personas que menstrúan son mujeres, las mujeres lo ven algo normal e incómodo, pero es parte de ser mujer, pero yo como Marc Liam ¿cómo me siento? Me siento con un sentimiento encontrado cada mes, me sentía y me siento mal que tengo que ir a la farmacia a comprar toallas sanitarias y ponérmelas, pero como persona pues pienso en que lamentablemente tengo un órgano que sangra cada mes o no, hay periodos que se demoran por semana o mes y eso me pone feliz porque no tengo que sufrir el sentirme incomodo, sucio o pasar por los cólicos.
Después de 26 años con esto mi relación es de enojo por que provoca una frustración y más disforia conmigo porque no puedo ignorar que tengo una vagina, no tengo problema alguno con mi cuerpo pero no me gusta en mi manera personal intimo tener que sangrar cada mes ,porque esto hace en evidencia el género al que fui asignado al nacer ,me siento expuesto de una manera desagradable y eso me avergüenza ,trato de pretender que no tengo nada que no pasa nada pero pues no funciona ,por qué lo más estresante de toda esta relación es que por el simple hecho de sangrar cada mes muchas personas se niegan a verme como el género que soy ,como un hombre.
SOY UN HOMBRE QUE MENSTRUA CADA MES.
Mujer, 27 años, Dinamarca
Recuerdo este momento muy claramente. Yo estaba en el colegio, y al irme al baño me di cuenta de que había sangrado. Me dio tanta vergüenza que no me atreví a decírselo a un adulto hasta regresar a casa donde se lo dije a mi madre. Por la noche, ella nos compró helado para celebrar mi "transición de niña a mujer".
La menstruación no me causaba malestar físico o emocional en este momento (lamentablemente, esto cambió con el tiempo). De hecho, me fascinaba mucho conocer esta nueva parte de mi desarrollo físico.
A causa de mi método de planificación (DIU), sangro muy poquito durante la menstruación. Aunque es muy conveniente y cómodo, y es la mejor opción con respecto a mi vida sexual, extraño tener una "menstruación natural", ya que me haría sentirme más en contacto con mi naturaleza femenina. Sin embargo, definitivamente prefiero prevenir un embarazo no planeado que volver a tener una "menstruación natural".
Mivs, 20 años, Popayán, Colombia
Mi primera menstruación fue a los 11 años. Recuerdo que faltaba poco para cumplir mis 12 años. No recibí una educación sexual por parte de la figura materna, sólo recuerdo haberme enseñado a tener timidez y cobardía por ella y considerarla algo sucio que hay que botar o desechar. Así fue mi primera luna, me sentía extraña pero era consciente de que estaba sufriendo cambios en mi cuerpo. Llevo 9 años menstruando, de los cuales a mis 18 años empecé a ser consciente del significado que tiene la sangre para cada mujer, del cuidado que se debe tener y de analizar tus cólicos como símbolo de mostrar tu estabilidad cada mes, así mismo, empecé a sembrarla para conectarme con la tierra y ofrendarla, para liberar cargas emocionales que tuve en el último ciclo.
Mi relación ahora es más amigable y consciente, porque entiendo que estamos limpiando, cambié el uso de tradicional de toallas higiénicas por objetos más ecológicos que me ayudaron a visibilizar diferentes relaciones que puede tener la menstruación con la vida, el medio ambiente y el planeta.
Mujer, 28 años, Dinamarca
Estaba en la casa de una amiga, cuando fui al baño y vi una manchita color café. Coloqué un poco de papel higiénico en mis cucos y al llegar a mi casa le conté a mi mamá quien me pasó un protector. La verdad no fue gran cosa, pero yo me sentía aliviada que por fin me había llegado.
Tenía 15 años y a todas mis amigas les había llegado. Yo había alcanzado a pensar que tal vez no iba poder tener hijos, porque sentía que era raro que no me había llegado todavía y eso no era normal en mi cabeza. Mi mamá me había tratado de calmar y decir que era completamente normal que a algunas chicas les llegaba antes que a otras, pero no me lo creía del todo, al menos mi cabeza le daba vueltas al asunto a veces. La primera menstruación me duró solo dos días con muy pero muy poca sangre.
Ahora casi no sangro. Planifico con la T de hormona que puede tener como efecto secundario que no te llega la menstruación y en mi caso es así. La verdad estoy bien con eso. Siempre tuve un período muy abundante, muy largo y me llegaba muy seguido. Además, con muchos cólicos que a veces no me dejaban hacer sino acostarme retorciéndome de dolor. Así que por ahora mientras no pienso tener hijos estoy muy conforme con esta situación de no tener el período y saber que no voy a tener esos dolores tan fuertes cada 3 semanas.
¿Sentiste alguna similitud con alguno de estos relatos y tu propia historia?
Te compartimos estos relatos para que veas que un mismo fenómeno lo viven de maneras muy distintas las personas y que incluso, personas del otro lado del mundo lo han experimentado de manera similar.
Esperamos que las personas que menstrúan, al leer esto, se sientan más acompañadas en sus vivencias y aprendan de las experiencias de otras personas.
Y para todas las personas que leen esto, aunque no menstrúen, que reflexionen sobre todo lo que nos han dicho sobre la menstruación. No es mala, ni sucia y no es sólo algo de mujeres. Tampoco nos hace más débiles o irracionales. La menstruación puede ser otra función más del cuerpo, una oportunidad para mejorar esa relación contigo misma o contigo mismo. Cada uno le puede atribuir su propio significado.
Si quieres aprender más sobre el ciclo menstrual, te invitamos a leer un fanzine que escribimos hace tiempo, con información básica que complementa nuestro trabajo dentro de los salones de clase con adolescentes. ¡Sólo da click aquí y comparte!
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